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2 de septiembre de 2008

Violencia doméstica.


Caos emocional y Violencia Cotidiana
LA NOTICIA DE CADA DÍA La violencia de género se ha convertido en algo tan habitual en nuestros días que sus víctimas son ya mera estadística. En algunas ocasiones se habla de ello como de algo totalmente inevitable. Pero ese goteo de muertes violentas proviene de un odio hacia lo femenino que no debemos dejar de combatir nunca. ¿Por qué ese odio? La constitución del psiquismo humano atraviesa primeramente por una fase de confusión con la propia madre, para pasar después a una diferenciación absoluta de ella. A lo largo de este proceso, se organizan los límites que señalan quién es quién. El que odia a la mujer depende demasiado de ella y no la deja vivir porque no soporta que no le proporcione todo lo que necesita. Exigente y perverso, este individuo puede gozar pegándola y maltratándola, porque cree que así la domina. Además, necesita demostrar en todo momento que es el más fuerte de los dos. Le angustia la fragilidad emocional que ella tiene, pero no la reconoce en absoluto. La mujer, enferma de culpa y con pocos recursos psicológicos para defenderse, supone que podría darle todo lo que él pide. ¿Hasta dónde llega la exigencia sobre sí mismas de estas mujeres que aguantan toda clase de agresiones, vejaciones y maltratos? ¿Hasta dónde el rechazo que tienen de sí mismas? Sólo si las mujeres que sufren malos tratos se pueden hacer cargo de su mundo emocional con ayuda terapéutica, podrán salir finalmente del infierno en el que viven.

LAS CLAVES • La inestabilidad emocional no es privativa de las mujeres. La forma de expresar los afectos es diferente en ellas porque culturalmente se les ha permitido su expresión más que a los hombres, entre otras cosas porque ellas eran las encargadas de administrar la vida emocional de toda la familia y de sostener la fortaleza masculina. • En el caso del hombre siempre se presentó de otra manera. Había que evitar mostrarse frágil para preservar socialmente su lugar en la familia y mantener el tipo. • Cuando se produce, no debería tratarse peyorativamente. Si es habitual, la mujer sufre de hiperemotividad y está regida por procesos inconscientes. En estos casos, necesita ayuda. En el lado opuesto está la que se defiende de los sentimientos con la reflexión y llega a padecer frigidez emocional.
Fuente Isabel Menéndez
Versión adaptada por Centro Integral 2000